Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La historia de la ciencia, o el avance del hombre por la senda de lo contraintuitivo (página 2)



Partes: 1, 2

Y es que una cosa es la descripción científica, que es el
aspecto que en una determinada escala presenta
un fenómeno para el observador compatible con esa escala
(por ejemplo: el cerebro es un
órgano dentro del cráneo, según
descripción macroscópica), y otra cosa es la
explicación científica del mismo fenómeno,
que consiste también en otra descripción pero a una
escala menor (por ejemplo: el cerebro a escala
microscópica está formado por neuronas, cuyo
funcionamiento descrito a escala microscópica a su vez
explica el funcionamiento del cerebro descrito a escala
macroscópica). En ciencia es
importante, pues, entender qué es explicación y
qué descripción.

El conocimiento
no va a otorgar la inmortalidad del cuerpo en el futuro, y la
inmortalidad de la mente ya ni se plantea, pues ni vive ni muere
(esto es bastante contraintuitivo), al ser información (cierta forma de la materia,
cierto "mensaje" en el cerebro) no una célula
viva, y aun encima información abstracta. Por tanto, la
búsqueda de la sabiduría no sirve para evitar
la muerte,
sino que es útil por si seguimos vivos mañana, para
vivir mejor lo que corresponda vivir.

PRIMEROS PASOS RECONOCIBLES
EN
MATEMÁTICAS Y ASTRONOMÍA, EN SUMERIA Y
BABILONIA, HACIA EL
1800 AC

¿Son las matemáticas un instinto? Los
ovíparos cuentan sus huevos en el nido. Hacia el 1800 AC
se da un primer gran salto cultural, al descubrirse
súbitamente las matemáticas y la
astronomía. Los sumerios y los
babilonios
introdujeron los primeros avances
notables, hacia el 1800 AC, al utilizar un sistema
sexagesimal de numeración, con el número 6 como
base.

Es fácil no tener presente que usamos principalmente
dos sistemas
numéricos hoy: uno sexagesimal y otro decimal. Usamos
el sexagesimal, por ejemplo, al medir el tiempo en
horas de sesenta minutos, o los ángulos de arco al dividir
la esfera en 360º de arco, que es 60 x 6. Puede que por
convencionalismo no nos percatemos que en las manos tenemos 10
dedos, en vez de 14, porque los contamos usando un sistema decimal.
Pero si utilizásemos un sistema sexagesimal, en las manos
contaríamos 14 dedos, no diez, y estaríamos
acostumbrados a afirmar que en nuestras manos tenemos 14 dedos,
aunque esta contraintuitiva idea afrente a la intuición
por nuestra costumbre convencional de usar un sistema decimal,
pues aprendemos desde niños a
hacer coincidir el signo 10 con el número de dedos de las
manos, como si 10 fuese un significado absoluto, y no un
convencionalismo. Y así, 10, ó 14, pueden
significar a cantidades distintas, o a la misma, según el
sistema empleado, pues, como acabamos de ver, en 2 manos tenemos
tanto 10 como 14 dedos, dependiendo de si los contamos con un
sistema decimal o con uno sexagesimal, respectivamente. De modo
que incluso el sistema numérico es importante para
conformar nuestro poso cultural, y la manera en que percibimos
intuitivamente la realidad.

En nuestras manos tenemos 14 dedos, no 10, si los contamos
usando un sistema sexagesimal, de modo que nuestra percepción
intuitiva de la realidad está condicionada por el lenguaje y
sus signos, que
nos impulsan a identificar una cantidad fija, los dedos de las
dos manos, con un signo que parece ser idéntico a esa
cantidad, y dicha identidad,
aunque resulte contraintuitivo, es falsa.

Parece ser que la recurrencia por sumerios y babilonios al
sistema sexagesimal (antes que al decimal, que es posterior, a
pesar de tener 5 dedos en cada mano, no 6, que haría al
decimal más intuitivo) podría basarse en que este
sistema no precisa recurrir a fracciones para ciertos
cálculos simples estereotipados propios de la
época, como pudieran ser ciertas transacciones
económicas al uso (recordemos que en aquella época
no existían todavía los números reales, es
decir, por ejemplo, los números decimales), ya que el
sesenta, la base de este sistema, y como cuenta Asimov en su
historia de
la ciencia, es
divisible por el 2, 3, 4, 5, 6, 10, 12, 15 y 30, con lo cual, los
cálculos sobre las transacciones de tipo económico
que se estuviesen haciendo podían llevarse a cabo
automáticamente con gran velocidad a
poco que se tuviese un poco de memoria.

En la actualidad perdura el sistema sexagesimal inventado por
los sumerios (o por algún sumerio) en algunos de nuestros
cálculos, como en el cálculo
del tiempo (60 segundos cada minuto, en vez de 100) o el
cálculo de los grados de circunferencia (en vez de 100,
ó 1000, se usan 360 grados de circunferencia, que es
divisible por 6).

EGIPCIOS, FENICIOS,
HITITAS, ASIRIOS, LIDIOS, BABILONIOS. DESDE EL 1575 AC HASTA EL
SIGLO 6 AC.

Hacia el 1575 AC, Akenatón,
aquel faraón que parecía vivir sin demasiado
sentido práctico de la vida, y que sin embargo de
algún modo había conseguido seducir a la divina
Nefertiti, inventó, parece ser, el
monoteísmo, algo contraintuitivo
en aquella época, y revolucionó el pensamiento y
las relaciones humanas de manera radical. La historia no hubiera
sido la misma sin este paso, ni los prejuicios. Estos cambios
históricos influyeron mucho en la mentalidad de las
gentes, en el moldeamiento de su idiosincrasia, y de sus
tendencias intuitivas, y por tanto en la evolución de la ciencia (sin ir más
lejos, muchos hallazgos fueron postergados por miedo de sus
autores a ser quemados vivos por los hipócritas
teócratas ateos de turno).

Hacia 1550 AC se escribió, posiblemente en
Egipto, el papiro anónimo que
descubrió Ebers en 1873 DC, que trae la primera
compilación conocida de remedios
médicos
de todo tipo, desde mágicos
hasta basados en la tradición cultural popular. El
pensamiento mágico es intuitivo, surge de modo natural
como fruto de la intuición de la gente. El pensamiento
mágico consiste en establecer caprichosamente relaciones
causales entre objetos entre los que no hay tal relación
causal, basándose en su analogía. El pensamiento
mágico ha ido siendo progresivamente sustituido por una
interpretación más objetiva y
contraintuitiva (anti-mágica) de la realidad, aunque sigue
vigente en la actualidad en muchas circunstancias de la vida, por
ejemplo, durante la infancia y en
la adultez inmadura.

La cultura
popular también es una importante y absolutista dictadora
del pensamiento, de tal manera que se toma por
interpretación intuitivamente objetiva lo tradicional, por
mera costumbre, que más que infantilismo, parece indicar
pereza mental y conformismo intelectual, así como
gregarismo, y una malinterpretación del pragmatismo,
dado que la realidad objetiva tiende a imponerse de manera
implacable, al margen de la opinión tradicional, lo cual
también acaba siendo contraintuitivo, y ha obligado al ser
humano al replanteamiento una y otra vez del
significado de la palabra "verdad". Y así tenemos dos
fuentes de
irracionalidad para añadir a la lista: el infantilismo y
el gregarismo. Y esto es también incongruente, porque sin
infantilismo no habría curiosidad (y juego), y sin
gregarismo no habría trabajo en
equipo, ambos fundamentales para que avance la ciencia, a
pesar de la importancia del genio
individual.

Hacia 1500 AC, a un fenicio de
identidad desconocida le dio por inventar el
alfabeto, un signo por sonido, para
sustituir a la burocrática escritura
jeroglífica. El primer signo fue el aleph, posteriormente
conocido como letra alfa, o "a". Todos los alfabetos derivan de
este. Nuestro alfabeto, como nuestra estirpe vital (a partir,
parece ser, de una sola célula primordial), parece haber
surgido una sola vez.

Hacia el 1000 AC los hititas descubrieron el hierro y
dominaron el mundo (por la fuerza de las
armas, no de
la razón, matando, no convenciendo, es decir, no dominaron
el mundo, sino que se autoconvencieron de estarlo dominando, ya
que el dominio eficaz,
el señorío digno de tal nombre, tal vez sea el
dominio de uno mismo, no el dominio de los demás; el
verdadero señorío posiblemente se defina así
cuando se define bien: el señorío es el autocontrol
(que como quedó claro en el artículo
"Evolución y cerebración", podría ser
también un importante signo de madurez mental), aunque
resulte contraintuitivo para el común de los mortales,
sobre todo para aquellos movidos por el miedo, la envidia y el
odio, las bases para la intuición de tantas personas poco
agraciadas.

El natural afán de dominar al prójimo es uno de
los deportes
favoritos del ser humano, sobre todo de los que, estando
prácticamente vacía su mente, necesitan abrir el
cráneo de los demás a golpes, para intentar
convencerse de que los demás lo tienen tan vacío
como ellos, y entonces dormir tranquilos tras haber masacrado a
sus vecinos, robado sus propiedades y ocupado su sitio… y en la
actualidad la cosa no parece haber variado mucho, pues en cuanto
el ser humano logra suficiente impunidad y
anonimato, vuelve a las andadas (incluso a pesar de no estar
pasando hambre), utilizando para ello la más letal de las
armas disponibles en la actualidad para las cohortes de
advenedizos: la política. Y es que el
ser humano, como decía Borges
refiriéndose a los peronistas, no es ni bueno ni malo,
sino incorregible.

El dominio de uno mismo, frente al dominio de los demás
(como ridículo medio para poseer poder
terrenal), también es algo contraintuitivo, que
debió de irse abriendo camino en la sociedad desde
siempre, influyendo en algunos de sus individuos, aunque no en
los suficientes, tal vez, viendo la trágica existencia que
ha llevado gran parte de la humanidad en todas las
épocas.

Los acueductos datan del 700 AC, aproximadamente, parece ser
que inventados en Asiria, donde por un lado masacraban y
despellejaban a sus enemigos, y por otro, típica
incongruencia del ser humano, llevaban a cabo mejoras de este
calibre. Hacia el 700 AC se inventó también en
Egipto el reloj de
Sol
(en Egipto luce
mucho el Sol). Y
aquí tenemos por fin una medición sin un sentido estrictamente
práctico, ni comercial, ni laboral, sino una
medida porque sí, como un juego, tal vez un
primer atisbo de un propósito científico
de carácter físico, pues el objetivo de la
Física es
medir
.

Entonces, la ciencia quizá no sería más
que un juego en el fondo, el juego de los que no tienen la mente
vacía. Otra cosa es que luego haya aplicaciones
tecnológicas útiles (o inútiles), pero eso
ya es otro cantar. El caso es que si la ciencia es un juego,
quizá tenga que ver con el infantilismo (y la mayor
cerebración) que parece caracterizar al ser humano, por su
neotenia (de lo cual ya se habló, una vez más, en
el artículo "Evolución y cerebración").

La moneda se inventó hacia el
613 AC, cuando, según parece, se emitieron en Asia menor las
primeras monedas conocidas, con la efigie del rey Ardis, hijo del
rey Giges, el fundador del reino de
Lidia. La moneda es un ente abstracto,
sin valor de por
sí, sino en función de
lo que representa simbólicamente, y esta
demostración de esta nueva capacidad de
comprender el valor abstracto de las cosas
es un
salto cualitativo importante, que hay que recalcar. El otorgar
valor concreto a
algo abstracto es, una vez más, contraintuitivo, pues la
intuición habita en una realidad tomada por concreta, por
lo que aquí el ser humano debió de volver a
necesitar adaptar su intuición de nuevo, posiblemente.
Quizá en este caso no le resultó tan
difícil, habiendo dinero de por
medio.

Otro hecho contraintuitivo que quizá se fue forjando
por esas épocas fue por tanto el del desarrollo
progresivo de ideas cada vez más abstractas, cuando lo
intuitivo es tener una visión a ras de suelo de la
realidad, tomando por concreto todo lo que ocurre. La moneda
ejemplifica esta evolución de la mente humana (no todo lo
que el dinero
significa es peyorativo, entonces).

Hacia el siglo 6 AC los astrónomos babilonios empezaron
a ser capaces de predecir eclipses. Esto
es algo fantástico: se usan mediciones objetivas, con
carácter científico, a partir de observaciones (se
trata de una ciencia observacional, que no experimental) para
hacer algo sensacional: predicciones, una de las
características más interesantes y divertidas de la
ciencia: la capacidad de hacer
predicciones
a partir de hipótesis, algo prodigioso sobre todo si se
aplican sobre algo no abarcable por la intuición, sobre
algo contraintuitivo. Las predicciones son importantes para que
las hipótesis sean
falsables, y por tanto útiles para el avance
científico.

Más adelante, en los siglos 17 a 20, los hallazgos
serán tan contraintuitivos que esta habilidad de predecir
a partir de ideas cada vez más abstractas será muy
valiosa. De ahí la importancia del desarrollo
de estos conceptos: abstracción y
predicción
, cruciales para la
ciencia.

La primera biblioteca
importante
conocida fue la del asirio
Asurbanipal, en
Nínive. No todo consistía
en despellejar a sus vecinos invadidos, razón por la que
Asiria era legendaria; también dedicaban algún
tiempo y espacio a la colección de libros, para
dar una de cal y otra de arena, y así tal vez acallar a su
conciencia por
las noches. Los libros a veces iban en volúmenes (papiros
enrollados, pues volumen viene de
la palabra latina para enrollar). Por cierto, tras la muerte de
Asurbanipal, rey asirio, en el 636 AC, el imperio asirio
desapareció en pocos años, obteniendo entonces
Babilonia la hegemonía de la zona (Tigris y
éufrates). Por esta época empezaban a tener
importancia Atenas y Esparta también.

LLEGAN LOS GRIEGOS: PRIMERO
LLEGAN TALES Y PITÁGORAS, DESDE EL
585 AC HASTA EL
500 AC.

Tales empieza a hacer de las suyas: empieza a racionalizar en
oposición al pensamiento mágico, con sus
predicciones astronómicas basadas en datos objetivos, y
con sus nociones matemáticas, como la noción de
prueba matemática
(pruebas con
carácter abstracto, algo importante en la evolución
cultural de la mente humana), etc.

Con los conocimientos acumulados por los babilonios,
Tales predijo el
eclipse de Sol del 28 de mayo del 585 AC,
lo cual dejó patidifusos a algunos de sus
coetáneos, y convirtió a Tales en una eminencia, en
una de las primeras figuras francamente conspicuas en la historia
de la ciencia (y así hace entrada en escena
Tales en la historia de la ciencia).

Tales entra en escena y
predice el eclipse de Sol del 28 de mayo
con acierto, y demuestra que la ciencia permite poner
a la razón por delante de la naturaleza de
maner apoteósica
(en sentido figurado, por
supuesto, pues, entre otras cosas, no hay que olvidar que la
razón pertenece a la naturaleza), introduciendo así
a codazos un nuevo elemento en la historia, uno de los
ingredientes fundamentales del saber científico: la
interpretación racional de la realidad y la
capacidad de hacer predicciones en terrenos cada vez más
abstractos
, y esto frente a la clásica
percepción irracional, basada en mitos,
interpretaciones mágicas, creencias (saberes sin
fundamento objetivo contrastado con pruebas fehacientes),
supersticiones, argumentos de autoridad sin
fundamento salvo la fuerza bruta irracional, instintos e impulsos
emocionales, y demás arrebatos intuitivos caprichosos y
poco objetivos.

Aparte de esto, Tales, con la
posterior ayuda de Pitágoras,
introdujo también la noción de prueba
matemática
, otro elemento importante en
ciencia.

No debe de ser errado considerar que en esta época
antigua se le daba gran importancia a las fórmulas
tradicionales y mágicas para solucionar todo tipo de
problemas, y
que eso sería por entonces lo más intuitivo. La
progresiva interpretación de los hechos lo más
objetivamente que se pudiera, todo lo racionalmente que se
pudiera, en su momento resultaría contraintuitivo. Tales
ejemplifica esta zambullida en lo contraintuitivo.

Tales continúa con sus descubrimientos (descubre la
posibilidad de la presencia de elementos como fundamento de la
naturaleza). Y Pitágoras encuentra los números
irracionales, y descubre así el carácter
contraintuitivo de la realidad, que pone a prueba ese deseo de
Tales de racionalizar el
conocimiento. Además, Pitágoras piensa, con
acierto, que la Tierra es
esférica, otra idea contraintuitiva.

Tales fue el primero del que hay
noticia que se interrogase por la naturaleza de los
elementos
(constituyentes fundamentales) del
universo.
Elemento = lo que es elemental, irreducible a otra cosa,
indivisible, es decir, aquello que es lo que es y no es otra cosa
aparte de lo que es, dicho de otro modo, que es concreto.
Fundamental = que da origen, fundamento, al resto (en este
sentido, todo lo construido a partir de lo elemental y
fundamental no es elemental, y por tanto no es concreto,
así que todo lo que no es elemental debe ser abstracto por
definición, aunque resulte contraintuitivo; esto implica
que los seres humanos somos seres abstractos, no concretos,
aunque a gran escala parezcamos concretos, por ejemplo, nuestra
identidad individual parece concreta con un error despreciable, y
es el hecho de ser despreciable ese error lo que hace posible que
nuestra ficticia concreción resulte ser efectiva en la
práctica, aunque ficticia).

En su búsqueda de respuestas, Tales fue el primero del
que conste que dio más importancia a la
razón que a los mitos
de su cultura, algo
contraintuitivo por entonces, posiblemente. La conclusión
de Tales fue que todo provenía de
un elemento: el agua, algo
más absurdo aun que los mitos en uso, y sin embargo nadie
abandonó entonces sus creencias en los mitos, lo cual da
una idea de la fuerza de la tradición. Todo esto resulta
continuamente contradictorio. La palabra elemento, por cierto,
parece ser que no se sabe de dónde viene desde el punto de
vista etimológico.

Tales medita intuitivamente acerca de
los elementos fundamentales de la
naturaleza, al margen de mitos y leyendas,
culturales pero ficticios, inverificables, y continua
anteponiendo el raciocinio maduro y objetivo a la
intuición mágica, egocéntrica, infantil e
inmadura previa, para llegar a una conclusión
egocéntrica, infantil e inmadura posterior.

Hacia el 520 AC Pitágoras consideraba a los
números enteros y las fracciones la base del
Universo
(también creía, como Galileo
más adelante, que el Universo está
"escrito" en lenguaje
matemático
). Las fracciones son razones de
números enteros. Los números enteros y las
fracciones son los números racionales (aquellos que se
pueden expresar como razones, por ejemplo, 1, número
entero, se puede expresar según la razón 1/1; por
ejemplo: si se quiere repartir una tarta entre 4 personas, a cada
una le tocará 1/4, que es una fracción o
razón de números enteros).

Sin embargo Pitágoras dio con un problema que a simple
vista suponía una contradicción y una
incongruencia, y sin aparente solución, algo que le
trastocó su idea intuitiva del universo: ninguna
fracción multiplicada por sí misma es igual a dos,
es decir, no hay solución racional para la
raíz de 2
. De modo que lo intuitivo (en este
caso: que los números enteros y las fracciones son el
fundamento del Universo) no explica el Universo, y
así entra en juego lo
contraintuitivo
, irrumpiendo por primera vez con
gran estruendo, naciendo así lo contraintuitivo como uno
de los elementos fundamentales del saber científico, que,
casualmente, reniega aparentemente de la intuición
racional introducida (posiblemente) por Tales.

En cierto modo, en el Universo podría
entonces estar ocurriendo lo aparentemente irracional
también. H
ay números que, como no son
racionales, como raíz de 2, son irracionales, y son
irracionales dos veces: una, porque no son racionales (no son
enteros o fraccionarios), y dos, porque atentan contra la
razón cuando ésta trata de ser objetiva, pues la
raíz de 2 es, desde el punto de vista de la
intuición racional, un absurdo, pues es un número
con infinitos decimales, algo que es imposible escribir, ni aun
escribiendo durante toda la "vida" del Universo desde el big bang hasta
el hipotético big vacío helado final, así
que no debería existir.

Esto quiere decir que aunque la propuesta de Tales, de
racionalizar el conocimiento, quizá se dirigía
mejor que la mitología hacia la posibilidad de la
verificación del conocimiento sobre la naturaleza, esta
misma naturaleza se empezaba a desvelar como un reto para la
razón, por su carácter contraintuitivo, al ir en
contra, nada menos, que de la propia razón objetiva, pues
no hay modo de verificar una medición de la realidad con
un número de infinitos decimales, y sin embargo los
números de infinitos decimales forman parte de la realidad
(por ejemplo, la trayectoria de un tío vivo es infinita, y
sin embargo el número de vueltas que se da por viaje no,
al no ser una estructura
eterna), lo cual es irracional, absurdo, contraintuitivo y
contradictorio, y sin embargo no impide a un niño subirse
al tío vivo, lo cual es un reto para la razón.

Y a pesar de todo la raíz de 2 está ahí,
ya en el propio teorema de Pitágoras (en el
triángulo rectángulo, la hipotenusa al cuadrado es
igual a la suma de los cuadrados de los catetos; si los catetos
miden 1 cada uno, como el cuadrado de 1 es 1, tenemos que la
hipotenusa al cuadrado es igual a 2, de modo que la hipotenusa
sería igual a la raíz de 2 en este ejemplo), y por
tanto, raíz de 2 está en el propio Universo, de
algún modo incomprensible con concreción. De modo
que los números ocultan misterios
contraintuitivos sobre lo concreto (lo elemental) en sus
abstractas representaciones, significados que burlan a la
razón, a la intuición natural que tenemos de las
cosas percibidas a simple vista.

Y habrá que ver, además, cómo se refleja
eso en el mundo físico concreto, es decir, si
también la realidad física concreta es
de algún modo irracional, absurda, como el tío
vivo… y sí que lo
es
, como se demostró
mucho después, aunque Pitágoras no llegó a
contemplar toda esta locura contraintuitiva de la mecánica
cuántica.

Pitágoras medita acerca del
papel de los números enteros como
forma de explicar la naturaleza, y da un paso adelante frente a
Tales, al descubrir el carácter aparentemente
irracional de la naturaleza
en algunos de sus
aspectos, abriendo así el camino para empezar a entender
la posibilidad del carácter contraituitivo de
la Física
, contraintuitivo incluso para la
razón intuitiva más penetrante. Por cierto: los
números irracionales también son infinitos.
Pitágoras se aturdió con estas cosas hacia el
500-580 AC.

En este siglo tremendo (tremendo = para echarse a temblar)
también pulularon por el planeta: Siddharta Gautama (Buda,
en la India),
Zoroastro (en Persia), Lao-Tse en China
(taoísmo).

El primer mapa geográfico del
que se tiene noticia data del 510 AC, dibujado por
Hecateo, otro griego. Es importante,
porque es un primer paso hacia la invención de las
coordenadas, fundamentales en ciencia.

En el 510 Atenas instituyó un primer modelo de
democracia. En
el 509 AC Roma
instauró la
República, que sustituyó a la monarquía. Los reyes suelen acabar mal, y
los dictadores, y "sus" pueblos. A los príncipes (primeros
entre iguales) suele irles mejor, en el absurdo juego de la
política.

La primera disección metódica y
dirigida
de la que se tiene noticia
(disección del cuerpo humano,
se sobreentiende) la llevó a cabo el médico griego
Alcmeón, hacia el 500 AC.
Descubrió que arterias y venas no
son lo mismo, y que los ojos se
conectaban con el cerebro mediante
cordones nerviosos. Seguro que esto
le dio que pensar.

El ábaco era usado en
Egipto hacia el 500 AC.

Por esta misma época hizo
Pitágoras un descubrimiento
astronómico: descubrió que la estrella del
atardecer, Hesperos, y el lucero del alba,
Phosphoros, eran el mismo planeta (llegó a tal
conclusión por lógica:
no aparecían a la vez), y lo rebautizó con un solo
nombre: Afrodita, que los romanos rebautizaron como
Venus.

Pitágoras llevó a cabo
otras aportaciones, como su idea según la cual
la Tierra es
esférica
, una idea
también contraintuitiva, pues a simple vista parece un
disco plano.

Pitágoras dio el primer paso de gigante hacia la
comprensión de lo incomprensible al asumir que lo
contraintuitivo está aquí para quedarse, al darse
cuenta, tras descubrir los números irracionales, que el
gran descubrimiento de Tales, la razón, era inútil
por sí sola, ante la contraintuitiva irracionalidad de los
números (y por entonces pensaban ya que los números
tenían que ver de algún modo con la propia esencia
del Universo). Pitágoras dio este paso al descubrir los
números irracionales, y siguió por este camino con
otros de sus hallazgos y propuestas.

HERÁCLITO,
HIPÓCRATES, LEUCIPO Y DEMÓCRITO EN
LA EDAD
DE ORO DE
GRECIA, HASTA
EL 400 AC.

Se suceden una lista de aportaciones sensacionales: Heráclito e Hipócrates
continúan aportando datos a favor de la idea de Tales y
Pitágoras de intentar racionalizar el conocimiento de la
realidad, a pesar de su irracionalidad fundamental; Leucipo
enuncia el principio de causalidad para lo físico,
evitando así utilizar el "más allá" para
tratar de entender y comprender lo natural. Y continuando la
estela de Tales, y su intuición sobre la reducibilidad de
lo físico a unos elementos fundamentales, Leucipo, y
después Demócrito, llegan a la conclusión
intuitiva según la cual dichos elementos son
átomos, partículas minúsculas, indivisibles,
irreducibles, y por tanto individuales, elementales y
fundamentales (y concretas).

Hacia el 480, Heráclito
concluyó que los sueños carecen de
significado mágico
, algo contraintuitivo
(Confucio falleció hacia el 479 AC).

En el siglo 5 AC, Leucipo enunció el
principio de causalidad, otro paso
importante en ciencia, al afirmar que lo que ocurre tiene su
causa, y que está comprendida dentro del orden natural de
las cosas. Este principio rechaza lo sobrenatural, fruto, a falta
de pruebas, de la inagotable imaginación humana, creadora
de innumerables ficciones reales pero inconcretas (algo que
incluso es de por sí una industria,
como forma de entretenimiento de masas en diversos formatos,
novelas,
cine,
cómic, etc.).

El principio de causalidad es algo contraintuitivo, a pesar de
lo cual sigue vigente en ciencia, aunque en permanente
revisión en mecánica cuántica, que de tan
contraintuitiva, parece sobrenatural. El caso peculiar de la
mecánica cuántica obliga a
replantearse la cuestión del principio de causalidad, pues
no parece haber causa donde en realidad no ocurre todo lo que
puede ocurrir, todo lo posible sino sólo algo de lo que
puede ocurrir, lo probable; y como debería ocurrir todo lo
que puede ocurrir, falta causa, y si falta causa el principio se
tambalea. La solución podría estar, no obstante,
dentro de la propia naturaleza después de todo, no en lo
sobrenatural, lo que pasa es que tal vez la naturaleza sea
sumamente extraña, sumamente contraintuitiva. Vamos, que
tal vez el principio de causalidad siga vigente a una escala de
la realidad que nos parece virtual todavía, o quizá
no, o quizá ninguna de las dos.

Leucipo enuncia el
principio de causalidad, ahondando en el
descubrimiento del carácter físico de los
fenómenos físicos (y según él, todos
los fenómenos serían físicos, incluidos los
anteriormente interpretados como ajenos a la naturaleza, como los
mágicos, los espirituales, etc.). Este principio sigue
vigente en la actualidad, de modo que si A es la causa de B, A
precede a B. Es un principio sumamente útil para
interpretar la realidad tal como aparece en forma de medida.
Existe una ley de causalidad
también, pero en física se habla del principio de
causalidad, no de ley de causalidad, que pertenece al terreno de
la filosofía, parece ser.

Demócrito, discípulo de
Leucipo, afirmó, como Leucipo, que
la materia está compuesta de partículas elementales
(muy pequeñas e indivisibles) o
átomos. Se basaron en su
intuición para llegar a esta conclusión. Se
llevarían la impresión de su vida si hubieran
llegado a saber que ellos eran los que iban por el camino
acertado, y no sus numerosos rivales, cada uno con su propia
conclusión intuitiva sobre la cuestión de la
composición fundamental de la materia: que si un continuo,
que si espíritus, que si agua, fuego,
tierra e
impuestos, que
si suegras con mala uva, etc.

Hacia el 400 AC Hipócrates
concluyó, de manera contraintuitiva, que las
enfermedades,
epilepsia incluida, tienen causas naturales
, todas,
excluyendo también a la magia, los dioses y demás.
Caramba con los griegos. Hay que tener en cuenta algo importante:
llegar a una conclusión contraintuitiva, contraria a la
intuición natural que "traemos de fábrica",
conlleva un enorme esfuerzo intelectual, y un riesgo desde el
punto de vista
político-religioso-social-económico.

Heráclito e Hipócrates
descartan
, quizá siguiendo en parte a
Pitágoras, y sobre todo a Tales, un origen
mágico para los fenómenos
, abogando
por un proceso
natural, físico, en el caso de Heráclito en
referencia al significado de lo sueños, y en el caso de
Hipócrates en referencia al origen de las enfermedades.
Esto implica la posibilidad de que la ciencia (la
observación y la experimentación o
puesta a prueba de lo que se opina sobre lo que se observa o se
predice que se va a observar) se haga cargo del saber cada vez
con más autoridad, frente a otras vías para
interpretar la realidad, como la magia, la egolatría, etc.
pues entonces, como en todas las épocas, sobraban
autoridades y faltaba autoridad (la autoridad de las pruebas,
claro).

PLATÓN,
ARISTÓTELES, HERÁCLIDES, HASTA EL 335
AC.

Platón funda la Academia (la primera escuela de
estudios superiores conocida). Aristóteles funda su propia escuela, el
Liceo, donde acumula un saber enciclopédico que ha
asombrado a eruditos durante siglos. Heráclides concibe un
primer modelo heliocéntrico para Mercurio y
Venus, en oposición al geocéntrico vigente para
todos los cuerpos celestes a la vista.

Hacia el 387 AC, Platón
fundó en los suburbios occidentales de
Atenas una escuela concebida para estar
dedicada a "estudios superiores". Dicha escuela se instaló
en unos terrenos que habían pertenecido al griego Academo,
por lo que fue conocida como Academia, y
podría ser considerada la primera
universidad
del mundo. Desde la Academia, Platón
abogó por la objetividad de la ciencia.

Aristóteles fundó su
propia escuela en Atenas (335 AC), a la
que se llamó Liceo, pues el
edificio utilizado para dicha escuela había sido dedicado
previamente como templo para el culto a Apolo Licio, que parece
ser que era el dios de los pastores.

Aristóteles (alumno de Platón), recopiló las materias
impartidas en su escuela en una obra
enciclopédica
que incluía el saber
previo y sus propios descubrimientos (por ejemplo:
Aristóteles descubrió,
entre otras muchas cosas, la
partenogénesis). Al menos un
tercio de dicha obra sobrevivió por un revés de la
fortuna, al ser encontrada casualmente por los romanos en una de
sus incursiones militares en Asia menor hacia el 80 AC.

El modelo astronómico predominante seguía
considerando a la Tierra el centro del Universo (aunque
había alguna que otra voz con ideas diferentes). Pero
Heráclides del Ponto se dio
cuenta, hacia el 350 AC, de un detalle curioso: mercurio y Venus
permanecían durante todo el año relativamente cerca
del sol, lo que le hizo sospechar que tal vez giraban alrededor
del Sol, lo cual seguía sin sustituir a la Tierra como el
centro del universo, pero le permitía compartir dicho
centro con un cierto grado de
heliocentrismo "parcial" para Mercurio y
Venus.

Pues es destacable que a Heráclides se le ocurriera que
la Tierra no fuera el centro del Universo, algo contraintutivo
que daría en el futuro quebraderos de cabeza a más
de un científico. Lo intuitivo es pensar que la Tierra es
el centro, pues todo lo demás que hay en el cielo parece
girar alrededor de esta. Pero la realidad objetiva se
empeña, una y otra vez, en ser contraintuitiva.

El primer intento conocido de sistematizar el razonamiento de
acuerdo con la Lógica (que viene
de logos, palabra) proviene de
Aristóteles, en particular de su
libro Organon.
La lógica también es importante en ciencia como
base para el razonamiento.

Aristóteles también
sistematizó las razones por las que la
Tierra debería ser considerada
esférica (algo que ya había
sospechado Pitágoras), razones como que al alejarse un
barco atravesando la línea del horizonte se pierde de
vista antes el casco que el mástil y otras por el estilo
(como la forma curva de la sombra de la Tierra sobre la
Luna).

Aristóteles también
sistematizó los elementos
fundamentales
en tierra, aire, agua y
fuego (todavía sigue sin saberse a ciencia cierta
cuáles son los elementos de la naturaleza, y menos ahora
que se empieza a sospechar que lo que se ve no es todo lo que
hay, pues podría haber materia oscura, energía
oscura, y dimensiones ocultas, hiperespacio, etc.). Estos
serían los cuatro elementos fundamentales en la Tierra. En
el cielo habría según Aristóteles un quinto
elemento (o quintaesencia) llamado
éter, que se suponía
caliente y capaz de hacer brillar a los cuerpos celestes por
tanto. Estas ideas de Aristóteles fueron muy influyentes
desde el punto de vista intuitivo durante siglos, para bien o
para mal.

Aristóteles, al observar que
los cuerpos celestes flotaban sin fin, pero en la Tierra los
cuerpos tendían a caer, desarrolló también
el concepto de gravedad.

Aristóteles también
desarrolló la idea de la perfección de
lo celeste
y la corruptibilidad de lo
terrenal
. Son ideas primitivas, pero la ciencia las
ha ido desarrollando en siglos siguientes. La gravedad ha sido
parte importante del trabajo de
Newton y
Einstein. Los elementos siguen presentes como objetivo de
la
investigación de la Física de
partículas. La corruptibilidad de lo terrenal ha sido
llevada al colmo en la Termodinámica, que por su parte
llevó a comprobar que lo celeste también era
"corruptible" y sometido al aumento de entropía. Como se puede comprobar, estas
ideas de Aristóteles no sólo son parte del
fundamento de la ciencia que se ha de desarrollar en los siglos
siguientes, sino parte importante de nuestra base cultural, pues
seguimos haciendo referencia a conceptos como el de quintaesencia
y demás.

Aristóteles también
sistematizó notablemente los comienzos de la
zoología y la
taxonomía, llevando a cabo un
trabajo considerable, estudiando, disecando y categorizando
cientos de animales.

EUDOXIO Y EUCLIDES, HASTA
EL
300 AC.

Por la misma época en que Aristóteles curioseaba
sin límite, Eudoxio, un
matemático griego, tuvo la idea de hacer el mapa del cielo
dibujando meridianos y paralelos para
localizar a las estrellas.

Muchos animales tienen un rudimentario instinto
matemático. Por ejemplo, muchos animales ovíparos
cuentan los huevos de su nido. Por tanto, las matemáticas
son una forma de contar lo que ocurre en la realidad, como si la
propia realidad fueran matemáticas (huevos en un nido).
El hombre ha
descubierto una extensa forma de operar con los números,
de muchas maneras variadas e imaginativas, pero al final cuando
hace todo eso sigue haciendo lo mismo que su instinto le impulsa
a hacer, cosas como contar huevos en un nido.

Algunas de esas operaciones nos
resultan extrañas, marcadamente contraintuitivas, y sin
embargo son las más extrañas las que nos permiten
contar con mayor precisión los huevos del nido. Por
ejemplo, la mecánica cuántica es la que permite
contar con mayor precisión, la que permite obtener una
medida de la realidad más precisa. Lo que pasa es que la
medida de la realidad que obtenemos con la mecánica
cuántica es tan extraña a nuestra intuición
que no nos permite aproximarnos a la comprensión del
Universo, sino que nos aleja de dicha comprensión mental
del mismo, de una imagen mental
intuitiva del mismo, así que habitualmente, en nuestra
experiencia cotidiana, preferimos seguir contando huevos.

Una forma de contar huevos sin volverse loco, todavía
comprensible, a pesar de su carácter abstracto, es la
geometría, posiblemente tan
antigua como el hombre, aunque
desarrollada de modo espectacular por los griegos, por ejemplo,
por Eudoxio.

De todos modos, la cumbre de la geometría,
de esta forma de tratar los números (las cantidades)
llegó con Euclides, hacia el 300
AC. La geometría euclidiana (tal
vez sería más correcto decir euclideana, pero me
parece más eufónico euclidiana) permite
operar
, gracias al uso de figuras
geométricas, con números enteros y
fraccionarios (aunque sin números negativos y sin el cero)
sin necesidad de recurrir a números
decimales
, que dan lugar a problemas, porque algunas
razones fraccionarias dan lugar a números con infinitos
decimales (como el número Pi, la razón entre el
perímetro y el diámetro de un círculo), con
lo que la operación nunca avanzaría a partir de ese
punto si hubiese que escribir infinitos decimales para proseguir
con un cálculo. Las figuras geométricas solventan
ese problema, y hacen lo contraintuitivo accesible a la
intuición.

Euclides trabajaba en
Alejandría, en la época de Ptolomeo I, que fue el
rey que se quedó con Egipto tras la muerte de Alejandro.
El libro de geometría que escribió se
llamó Elementos. Se trata de la
descripción de un sistema abstracto, siendo un sistema un
grupo de
objetos (elementales a ciertos efectos, es decir, a cierta
escala) y las interacciones que son posibles entre ellos.
Nótese la dificultad que habrá supuesto para
Euclides tratar de definir qué es posible y qué no
lo es en un sistema que se está descubriendo, y la enorme
sorpresa al ir descubriendo que el sistema da la impresión
de ir mostrando por sí mismo qué es o no posible,
como si existiese de algún modo en un "más
allá" antes de ser descubierto por el matemático en
el "más acá" (por ejemplo, daría la
impresión que durante toda la eternidad hubiera sido
cierto el teorema de Pitágoras).

Algunas de estas ideas ciertas son tan evidentes que se
consideran ciertas sin necesidad de comprobación, los
axiomas (otro descubrimiento importante),
y a partir de ellos se van desarrollando las posibilidades del
sistema. De lo que se trata por tanto es de conocer las reglas, y
después el sistema evoluciona por sí mismo en manos
del matemático, así que el matemático es ese
"más allá" de las matemáticas, y la
complejidad de la realidad, su "más acá", o
quizá al revés.

ERASÍSTRATO,
ANAXÁGORAS, ARISTARCO, HASTA EL
270 AC.

Erasístrato, sucesor de
Herófilo, categorizó a cerebro y
cerebelo
como dos órganos distintos, y
asoció la mayor inteligencia
humana al mayor número de
circunvoluciones presentes en el cerebro
humano en comparación con el cerebro de otros seres.
Establece una correlación entre estructura y
función
verdaderamente intuitiva para su
época, casi genial, pues la forma de las circunvoluciones
no informa sobre su función de modo directo, por lo que es
precisa una gran capacidad de abstracción para llegar a
esta conclusión.

Estas investigaciones
tienen toda la pinta de ser para ellos algo así como un
pasatiempo (siguiendo la escuela aristotélica en ese
sentido: conseguir una buena vida para disponer de tiempo libre
para la filosofía). Los egipcios prohibieron en este punto
la anatomía a
los griegos, y dicha ciencia quedó ahí estancada
durante 15 siglos a partir de entonces. Curioso, el ser humano,
¿dónde estaban entonces esas circunvoluciones a las
que hacía referencia Erasístrato (hay algún
complot secular contra los genios)?

En el siglo 5 AC Anaxágoras, al
ocuparse del asunto del tamaño del
Sol
, había dicho que el Sol se veía
pequeño porque estaba lejos, lo cual parece lógico
(véase la utilidad de la
lógica aristotélica, o quizá del sentido
común de toda la vida) pero que era grande como Grecia al
menos, y lo expulsaron de Atenas tras juzgarlo por impío
(el fundamentalismo parece que tiene que ver mucho con el
carácter antipático de la gente que se siente
acomplejada por su carencia de virtudes y dedica su vida a
intentar dominar al prójimo movidos por su odio y su
envidia, y su incapacidad para el señorío de ley,
es decir, el autodominio, el autocontrol, y Anaxágoras fue
una más de las incontables víctimas de ese tipo de
gente incontrolada pero, de nuevo de manera incongruente,
socialmente integrada, y con poder para destruir, que siempre es
más fácil).

Sin embargo, la osadía de Anaxágoras demostraba
que existe algo más que el hortelano y sus perros, y
así, llegó un día
Aristarco, hacia el 270 AC, y
empezó a tratar de averiguar también el
tamaño de los objetos celestes: ¿son
pequeños, o sólo lo parecen porque están muy
lejos? A partir de la sombra de la Tierra en la Luna,
estimó que la circunferencia de la Luna era más o
menos la tercera parte de la circunferencia de la Tierra, y con
trigonometría (midiendo ángulos),
calculó que el Sol distaba de la Tierra 20 distancias
lunares (20 veces la distancia de la Luna a la Tierra), y que el
Sol era 7 veces más grande que la Tierra.

No importa que sus cálculos no fueran exactos, lo
importante es que empezaba a obtener una visión realista
objetiva del entorno celeste, y que dicho entorno presentaba unas
magnitudes contraintuitivas. Aristarco incluso sostuvo que dado
el tamaño del Sol, eran los
planetas, la
Tierra incluida, los que giraban alrededor del Sol, y no
alrededor de la Tierra, un primer modelo
heliocéntrico
importante, por estar
fundamentado. Visto lo que le hicieron a Anaxágoras, no se
sabe hasta qué punto Aristarco tenía sentido
común, a pesar de sus aportaciones en astronomía, algo no muy útil para
llenar la tripa cada día, salvo para algunos
astrónomos con suerte.

Aristarco con sus cálculos, y
sus otras observaciones, aceleró esta nueva revolución
hacia lo contraintuitivo, al desplazar cada vez más al
hombre del centro del Universo, ideando un primer
modelo heliocéntrico para todos
los cuerpos celestes, la Tierra incluida, aportando así
una nueva idea sumamente contraintuitiva, una de esas
difícil de digerir para el común de los mortales en
una primera intentona (sobre todo si se ganan el pan a partir de
la idea del hombre como centro del Universo), y eso que no es de
las más difíciles, ni mucho menos.

Aristarco da un nuevo paso de gigante al proponer un primer
modelo heliocéntrico fundamentado en observaciones
objetivas sometidas a una interpretación lo más
correcta posible. Y este resultado resultó ser una vez
más contraintuitivo, como suele ocurrir cuando se indaga
la realidad con eficacia.
También puso en un aprieto a la intuición al
averiguar algo sobre los tamaños de los astros y las
distancias, siguiendo los pasos de Anaxágoras, y descubrir
que podría ser que fueran objetos físicos, y no
algo indefinido, como "dioses", por ejemplo.

ARQUÍMEDES Y
CTESIBIO, HASTA EL
260 AC.

Ley de oro de la palanca: potencia por
brazo de la potencia igual a resistencia por
brazo de la resistencia. O también: dadme un punto de
apoyo y moveré el mundo. La descripción
matemática de la palanca la dio
Arquímedes en el 260 AC.

Ctesibio había inventado la
clepsidra en el 270 AC, una
máquina para medir (el tiempo), así que entre uno y
otro la Física empezaba a dar sus pasos con
carácter científico. El objetivo de la
Física es medir, y el lenguaje utilizado para hablar en
Física son las matemáticas.

Logros como la ley de oro de la palanca tienen la siguiente
utilidad: se entiende el mecanismo (en este caso de la palanca) y
por tanto, como se entiende cómo funciona, se puede
utilizar la palanca con más eficiencia y
eficacia y basando dicha mejora, en parte, en el hecho de conocer
el mecanismo, la "maquinaria del reloj", para así predecir
cómo se va a necesitar aplicar la palanca en un caso
práctico dado. De modo que la
Física
teórica
(casi un divertimento de por sí) tiene una
aplicación
práctica
, de
ahí su éxito
(y supone además un paso adelante frente a planteamientos
teóricos como la geometría euclidiana, más
abstracta que las ideas de Arquímedes, que son más palpables y
relacionadas con la vida cotidiana; en cierto modo, es
también un avance importante hacia la madurez e
independización de la
ingeniería como rama de la
ciencia).

Arquímedes no sólo
desarrolló la Física y cimentó su
éxito en vida gracias a su teoría
sobre la palanca. Arquímedes
también descubrió que todo cuerpo sumergido en un
líquido experimenta un empuje hacia arriba con una fuerza
que es igual al peso del volumen de líquido desalojado, es
decir, un cuerpo sumergido desplaza al hundirse un volumen igual
al que ocupa.

El volumen de agua desplazada es el mismo a igual volumen pero
distinta densidad del
cuerpo sumergido, el agua desplazada es la misma
independientemente de la densidad de cuerpo. Esto implica que el
empuje, del que depende la flotabilidad, depende del volumen, y
un mismo empuje tiene menos efecto si el cuerpo es más
denso, que se hundirá más, y por tanto,
Arquímedes explicó así el mecanismo
físico de la flotabilidad, no
qué es la flotabilidad, cómo se describe, que ya se
sabía, sino cómo se explica el mecanismo
físico de la flotabilidad.

La euforia que le produjo este hallazgo intuitivo genial es
histórica. La euforia que hallazgos de este tipo provocan
es bien conocida, pues hay relatos de este fenómeno a lo
largo de la historia en boca de diversos científicos que
han sentido la sensación que supone ser el primero en dar
con éxito un salto al vacío en un terreno antes
inexplorado, una vivencia intensa y placentera cuando se llega
abajo ileso. En el caso de Arquímedes parte de la euforia
se debía a que debía averiguar este principio
porque se le había encargado que encontrase un método
para detectar moneda falsa (de metales
más ligeros, menos densos) y dio con el método: la
moneda falsa se hundiría más lentamente que la
auténtica de curso legal. Y en aquella época,
cuando no se satisfacían los caprichos de los reyes, era
fácil no resultar ileso, quizá de ahí parte
de la euforia de Arquímedes.

Arquímedes hace entonces
progresos importantes en física e
ingeniería
, en el sentido de conseguir
explicar de modo correcto (con la facultad de hacer predicciones
correctas) e inteligible (destripando el mecanismo en lo posible
hasta entenderlo y comprenderlo) ciertos mecanismos, como el de
la palanca, o el de la
flotabilidad. Estos primeros logros son
de gran importancia pues no sólo van al qué (a la
búsqueda de los elementos de un sistema físico
categorizable de ese modo: como sistema de elementos) sino al
descubrimiento del cómo
(cómo funciona la maquinaria de la naturaleza, cómo
interaccionan los elementos), lo cual provocó un primer
caso conocido de euforia en relación con un hallazgo
científico trabajoso y fructífero.

Son pequeños cambios cualitativos en relación
con el estado
previo de la ciencia, que no deben pasar desapercibidos, porque
son el fundamento del futuro. Además estos hallazgos van
alimentando la idea intuitiva según la cual el
Universo es una maquinaria
, tan importante en siglos
posteriores, sea o no correcta, para el desarrollo de la ciencia,
con el consecuente chasco que se habrían de llevar los
científicos en el siglo 20 al comprobar con pasmo que la
realidad es tan contraintuitiva que parece no tener ni siquiera
"maquinaria", pues a pequeña escala, a escala
cuántica, las piezas de la maquinaria de la realidad
desaparecen de la vista pero siguen ahí de algún
modo, algo incomprensible: desaparece el "qué" y
sólo queda a la vista el "cómo", o quizá
esto tampoco sea cierto.

ERATÓSTENES, HIPARCO, HASTA EL
134 AC.

Eratóstenes mide el perímetro
terrestre, y elabora una cronología de la historia
conocida.
Volvamos con el asunto del
tamaño de la Tierra: lo bueno fue
que se dieron cuenta que podría ser que fuese
esférica, y que como sabían trigonometría,
tenían recursos para
estimar su tamaño. Fue
Eratóstenes, hacia el 240 AC, el
primero conocido en dar con un método para medir el
perímetro terrestre. El método consistía en
algo de lo que se había dado cuenta: le habían
dicho que, en pleno solsticio, en Asuán, al
mediodía el Sol no proyectaba sombra (de un palo vertical,
por ejemplo), mientras que en Alejandría (a 7º de
Asuán) sí, y esto podría ser así por
la curvatura de la superficie de la Tierra. Así
que, dada la distancia entre Asuán y Alejandría, y
los grados de diferencia entre la sombra proyectada en
Asuán y la proyectada en Alejandría, calculó
matemáticamente el perímetro terrestre, y
halló que eran 40225 kilómetros, que es la que es,
precisament
e (con un error despreciable);
fantástico. Este tamaño debió de resultarle
a Eratóstenes contraintuitivo, por grande.

Bueno, ¿qué? ¿Cómo habrá
hecho Eratóstenes para calcular el perímetro de la
Tierra? Como no disponía del álgebra y
tal vez tampoco de la regla de tres, en mi opinión
quizá se le ocurrió hacerlo así: como en
pleno mediodía (con el Sol en todo lo alto) en pleno
solsticio en Asuán el Sol no proyectaba sombra (cero
grados) y en Alejandría proyectaba en pleno
mediodía una sombra con una inclinación respecto de
la vertical de siete grados de arco (y en ningún momento
dejaba de proyectar sombra, como en Asuán), dedujo que la
Tierra era curva y de ahí que los rayos del Sol incidiesen
con distinto ángulo en el mismo instante. Y tenía
la distancia en metros entre Alejandría y Asuán,
entre los dos palos, que supongamos que fuera 782 metros. Pues
como sabía también que la esfera terráquea
tenía 360 grados de arco, y que 7 grados
correspondían a 780 metros, y como sabía que 7
grados eran la quincuagésima primera parte de 360 grados,
pues sólo tuvo que multiplicar 52 (y pico) por la
distancia entre Asuán y Alejandría para tener el
total de metros del perímetro terrestre. Tal vez lo haya
hecho así, lo cual está bien pensado.

Hiparco, hacia el 150 AC,
inventó (o terminó de inventar, o reinventar) la
trigonometría, al trabajar en
serio con el seno, el coseno, la tangente y demás.

Téngase en cuenta que no tenían calculadora, de
modo que los cálculos que hacían no podían
ser excesivamente complejos, de modo que en vez de tomar una
cantidad absoluta para medir un lado (de un triángulo, por
ejemplo) era más práctico usar proporciones,
razones entre lados, por ejemplo, para operar con números.
Y de ahí que Hiparco elaborase las tablas de
senos y cosenos
, etc. correspondientes a cada
ángulo, de ahí también que se le considere
en la práctica el "inventor" de la
trigonometría.

Basándose en sus conocimientos de trigonometría,
y a partir del paralaje de la Luna respecto de las estrellas (el
paralaje quiere decir que a igual ángulo, un objeto
más lejano parece moverse más despacio sobre el
fondo que uno más cercano) pudo trazar triángulos entre la Luna y la Tierra, y en
función del paralaje y de dichos ángulos, y de las
cifras que tenía sobre las proporciones entre los lados de
los triángulos correspondientes a dichos ángulos,
pudo calcular que el lado del triángulo que iba de la Luna
a la Tierra correspondía proporcionalmente a unas 30
Lunas. Y como tenía la cifra de
Eratóstenes, calculó la
distancia entre la Tierra y la Luna,
hallando que la Luna estaba a unos 386160 Km de distancia de la
Tierra, una cifra bastante correcta, como se puede ver.

Esto indicaba que el cielo era mayor de lo que intuitivamente
parecía ser a simple vista, su tamaño resultaba ser
contraintuitivo por grande, porque además las distancias a
las estrellas ya eran incalculabes en ese momento con los
medios
disponibles, los ojos (y no por lejanas, sino porque no
había paralaje para ellas a simple vista, no había
un "fondo fijo" desde el que medir los ángulos de sus
movimientos y de ahí deducir los tamaños de sus
lados de triángulo a partir de las proporciones
correspondientes a dichos ángulos).

Este salto hacia lo contraintuitivo es parecido al que
aportó Helmholtz en el siglo 19, cuando midió con
exactitud la velocidad de conducción nerviosa, demostrando
que era mucho más lenta de lo previsto intuitivamente.
Como el pensamiento nos parece instantáneo, a priori
intuitivamente tendemos a pensar que la conducción
nerviosa ha de ocurrir en cientos o miles de metros por segundo,
o incluso que la mente es cuántica (no local) de manera
concreta y actúa al margen del tiempo por ello,
instantáneamente, o que es instantánea porque es un
espíritu atemporal que anima a un cuerpo, y no es
así, sino que al medirla comprobó que ocurre entre
30 y 100 m/s "solamente". Helmholtz dejó boquiabiertos a
sus colegas por este motivo.

Hiparco hizo lo propio con sus
colegas, que no pudieron negar su demostración, así
que tampoco pudieron negarle a Hiparco, dado su prestigio y
autoridad, que colocase a la Tierra en el centro del Universo,
recuperando el geocentrismo. Pero de
nuevo la intuición sería puesta en jaque acerca de
esta posición de la Tierra en el eje del Universo, ya que
no es así. Es más, según parece, no hay algo
así como un "centro del Universo", por la isotropía
del mismo, lo cual inevitablemente también es
contraintuitivo.

De todos modos la isotropía del Universo ha sido puesta
en duda recientemente, tras unas recientes mediciones en el fondo
de microondas (no
en el fondo del horno de la cocina, sino en el vacío del
espacio) pero de momento no ha sido puesto en duda que eso
implique que haya un centro geométrico, de todos modos,
que parece difícil que lo haya (entre otras cosas,
quizá fluctuaría entre varios estados
cuánticos, con lo que no existiría como centro fijo
absoluto).

Hacia el 134 AC, Hiparco vio en el
cielo una estrella de la que no tenía noticia previa, lo
cual de nuevo supuso una posible afrenta a las intuiciones
que de modo natural se estilaban por su época, otro hecho
contraintuitivo: creían, daban por sabido porque
sí, que el cielo era infinito e inmutable, e Hiparco
pensó que tal vez el cielo no era infinito e
inmutable
, puro y perfecto (signifique esto lo que
signifique), sino corruptible, como la Tierra. Si tenía la
sospecha de una no inmutabilidad, tal vez de nuevo se
vería obligado a un cambio del
paradigma que
fundamentaba su visión intuitiva de la realidad, como
cuando fue consciente de la magnitud verdadera de las distancias
entre astros (en el caso de la distancia Tierra-Luna, que
resultó ser mucho mayor de lo imaginado intuitivamente).
Véase que la ciencia aportaba una y otra vez
información contraintuitiva.

El caso es que movido por estas inquietudes,
Hiparco decidió elaborar un
mapa estelar, para tener una medida
objetiva de lo que hay ahí arriba, y así poder
valorar objetivamente (la objetividad que pedía
Platón) la mutabilidad o inmutabilidad de lo presuntamente
eterno a priori. Elaboró su mapa estelar utilizando
coordenadas (latitud y longitud), siguiendo el método de
Eudoxio (350 AC). Hiparco localizó un millar de objetos
estelares, lo cual le convierte en un tipo muy metódico y
exhaustivo.

Hiparco tuvo luego una
inspiración genial: trasladó el sistema de
coordenadas a la superficie
terrestre
, para localizar puntos en la Tierra del
mismo modo que en el cielo, método de localización
que a día de hoy se sigue usando.

Hiparco también
descubrió que todas las estrellas se movían por el
cielo juntas mediante un movimiento de
rotación aparente de la esfera celeste alrededor de la
Tierra con una duración de 26700 años, es decir, no
estaban fijas en el cielo, movimiento conocido como
precesión de los equinoccios, parece
ser.

Hiparco también tuvo una enésima
inspiración: la de clasificar a las estrellas
según su brillo en clases
(hoy en día
conocidas como magnitudes). Desconozco si Hiparco consideraba al
Sol una estrella más, o no.

Platón pedía
objetividad, y objetividad estaba obteniendo. Pues eso es
ciencia, como se está viendo. Apuntemos entonces a
la objetividad como otra
característica importante de la ciencia
que
sumar a las ya citadas hasta ahora.

Es interesante destacar que Hiparco, a pesar de sus notables
aportaciones, también volvió al sistema
geocéntrico, ilustrando así algo importante: lo
contraintuitivo y lo intuitivo pueden ir y venir a lo largo de la
historia, y permutarse, y este hecho se verá una y otra
vez a lo largo de los siglos (por ejemplo, recuérdese el
caso del éter).

EL FIN DEL CLASICISMO A
LA GRIEGA, PTOLOMEO, GALENO, ZÓSIMO Y DIOFANTO, HASTA EL
529 DC.

Ptolomeo (hacia el 140 DC)
compiló el saber
astronómico
en una obra recuperada por los
árabes con el título de Almagesto.
En esta obra la Tierra era el centro del Universo (centro
intuitivo, podríamos llamarlo), por lo que defendía
el modelo geocéntrico. Ptolomeo
desarrolló un complejo sistema
matemático para predecir los movimientos de cuerpos
celestes
por el cielo, que fue completado
después por Apolonio en el siglo
3, utilizando los epiciclos que
inventó a tal efecto (o líneas circulares
imaginarias en el cielo con un punto central alrededor del cual
supuestamente girarían los cuerpos celestes). Ptolomeo
hacía sus cálculos con un
astrolabio, que por tanto ya había
sido inventado por entonces. De manera que el sistema
geocéntrico seguía siendo el preponderante, a pesar
de existir ya algún modelo heliocéntrico para el
sistema planetario.

Galeno era griego también, y
era médico nada menos que en una escuela de gladiadores en
Pérgamo (donde se había inventado el pergamino,
como paso siguiente al papiro). Pudo llevar a cabo
disecciones en Roma desde más o
menos el 161, pero sólo a
animales. Hizo dos aportaciones curiosas
a la anatomía funcional: describió la existencia de
grupos musculares para explicar algunos
movimientos (por tanto, descubrió el concepto de grupo
muscular, de sinergia
muscular, un concepto importante en clínica a la hora de
afrontar el diagnóstico y tratamiento de ciertos
síndromes y enfermedades).

También descubrió la importancia de
la médula espinal en la parálisis
, y
lo hizo mediante una investigación
científica
: cortaba la médula de
ciertos animales a distinta altura, comprobando que según
el nivel de sección las características de la
parálisis variaban de un nivel a otro pero eran similares
para un mismo nivel. Téngase en cuenta que esta
aportación de Galeno supone un salto gigantesco hacia el
desarrollo de la ciencia experimental, la
última gran aportación de los griegos a la ciencia,
y que la proyectó hacia el futuro en espera de relevistas
en esta carrera por la pista de lo
contraintuitivo.

Galeno reinventa y hace avanzar el
método de experimentación
científica
como manera de comprobar si se
sabe lo que se afirma que se sabe, para basarse en pruebas
objetivas comprobables, y no en creencias o saberes sin
fundamento.

Los griegos, al carecer de computadoras y
calculadoras, tendían a investigar sistemas matemáticos que les permitiesen resolver
problemas sin cálculos numéricos excesivamente
laboriosos. De este modo, tendían a centrarse en la
geometría, que podían investigar en un suelo de
arena fina, un taburete y un palo largo. De todos modos, otros
números también les interesaban, interés
creciente que halló su primer punto candente (que no
álgido) con otro griego, Diofanto,
que en el siglo 3 escribió lo que podría
considerarse el primer texto de
álgebra propiamente dicho. Una de
sus aportaciones consistió en considerar, por ejemplo, a
una fracción, como un todo en ciertas operaciones, para
solventar el problema que supone el que la solución de una
fracción tenga infinitos decimales, un detalle que bloquea
ciertos caminos numéricos (porque simplemente no da tiempo
a escribir dichos decimales).

De Diofanto proceden las célebres ecuaciones
diofánticas
, una de esas situaciones que
demuestran que todo no es posible, algo,
una vez más, contraintuitivo (uno de esos tópicos
folklóricos erróneos que son vox
populi
, como todo es posible o
todo es relativo, afirmaciones incorrectas, ya
que, por ejemplo, como dijo Russell, si todo fuese
relativo, nada sería relativo a ese todo
) ya que
son las ecuaciones que
sólo admiten soluciones
dentro del sistema de los números enteros (y
naturales).

Egipto era un crisol del conocimiento de la época.
Euclides compiló allí el saber de su época
sobre geometría, y Ptolomeo el disponible acerca de
astronomía. Del mismo modo, allí sumó
Zósimo el saber sobre
alquimia que se tenía en dicha
zona de influencia fundamentalmente griego-egipcia (muchos siglos
de tradición a sus espaldas, no dejo de admirarme ante la
sensación de vértigo que le produciría a
estos sabios el disponer de siglos y siglos de tradición
cultural a sus espaldas, y conservados además en sus
bibliotecas).
Gran parte de la obra sobre alquimia de Zósimo (hacia el
300) tenía un carácter esotérico, o
mágico, o místico, pero por el medio se iban
colando perlas que empezaban a dejar entrever el futuro
nacimiento de la química.

La invasión del imperio romano
seguía adelante, a la par que su decadencia (por la
incapacidad de las familias importantes de Roma para tomar las
riendas del estado). En el
313 Constantino 1 permitió el cristianismo y
fundó Constantinopla en Bizancio, con lo que la
preponderancia de las sobre todo decadentes familias romana
supervivientes desplazó su foco de influencia a oriente,
la capital del
imperio, de hecho. En el 395 los hijos de Teodosio se repartieron
la capitalidad: Roma para Honorio (que gobernó desde
Rávena, no desde Roma ya) y Constantinopla para Arcadio,
lo cual dividió sin remedio a lo que quedaba del imperio.
En el 476 fue derrocado el último emperador romano de
occidente y, aparentemente (pero sólo aparentemente)
terminó una época sorprendente y fascinante, e
irrepetible, con luces y sombras, pero llena de pasión por
la vida en el fondo, aunque todavía no por la vida de los
demás, asignatura todavía pendiente en la
humanidad: la consideración. Y la importancia de lo
contraintuitivo, o antiintuitivo, como se ve, desde luego es
considerable.

En estas épocas, como en todas, el comercio ha
sido un eslabón importante en el fluir de la historia. Uno
de los productos
más apreciados era la seda, que se valoraba mucho, era un
lujo del que los romanos no querían privarse, de modo que
se las ingeniaban para conseguirla como fuera (esto es lo que
hay). Por ejemplo, Justiniano (emperador
oriental) envió a dos monjes persas a China a hacerse con
gusanos de seda, que trajeron de vuelta escondidos en sus
bastones de bambú, gracias a lo cual, hacia el 552
Constantinopla pudo por fin comenzar su propia industria
productora de seda, que ya ha estado en occidente desde entonces.
Ah, el viejo y entrañable espionaje
industrial
. Justiniano también es
"célebre" por haber ordenado, en el 529, el
cierre de la Academia (aquella escuela
que había sido fundada por Platón y que
tenía una antigüedad de 9 siglos por entonces). La
razón aducida: Platón no era cristiano, y
Justiniano, sí (la vieja y consuetudinaria
hipocresía social, que tanto influye en las interacciones
personales). El cierre de la Academia fue un acto poco
contraintuitivo, y bastante predecible.

Justiniano, con el cierre de la Academia en el
año 529 DC,
dio un enésimo golpe
mortal a la ciencia y a la razón, imponiendo la inmadurez
mental, el pensamiento mágico, lo mítico y lo
legendario, la rigidez cultural y la mera fuerza bruta y el
dictatorial egoísmo, y el acomplejamiento, disfrazado de
intereses políticos presuntamente pragmáticos, y de
falso señorío, algo peor que la decadencia, y
símbolo del fin de una época, y del previsible
triunfo final de los duros de entendederas, a pesar del esfuerzo
de esos pocos científicos geniales con auténtica
autoridad, tan vilipendiados incluso por el resto de las
autoridades científicas menos dotadas, genios
incomprendidos e infravalorados incluso en su medio natural, el
ámbito científico, y es que la entropía ha
de aumentar inevitablemente. Pero a pesar de tanta mediocridad,
tanto aburrimiento, surge de vez en cuando un espíritu
libre y divertido, y genial, dispuesto a congelar el tiempo en un
ahora eterno de euforia infinita, y capaz de hacer soñar a
los espíritus sensibles con el enseñoramiento de la
inasible realidad, tan sólo con un socarrón:
Eppur si muove.

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Manuel Fontoira Lombos

Doctor en Medicina y
especialista en Neurofisiología Clínica.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter